Me aterra mi poder


Pasó la moda ya de temer orgías atómicas
igual me da, incluso, el plástico que anuda
bandadas marinas al infortunio.
El clima que acecha, los niños residuos
cubiertos de coltan maduro.
La suerte de gansters que prestan lo tuyo
la coca, los tanques, soldados tullidos
absurdos.

Las heces reciclan los miedos
silentes, las vidas, de pena
los tratos inmundos agrietan las venas
acechan sañudos.
Explotan falacias la cara sin susto
detrás de un cristal
con anuncios.

Cabrones que imperan, tan sordo su ruido
tan lenta la muerte que ríen
de rabia pidiendo un cuchillo.
Hay niños que lloran pendientes de un timo.
Absuelto el psicópata su damisela
le finge un orgasmo.

Y aún soy capáz de pensar un instante
cobarde, sensato,
Juguetes de un alma infinita
que se inventó un Mundo
que muera conmigo y acalle un susurro.

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