Acertijo en 7 Promesas

A la gente de Nueva York

 Si yo fuera un negro y tuviera unos antebrazos
como dos troncos a punto de entrar al fuego
no me preocuparía de si pongo a un lado
las espinacas o si las 6:37 es un número primo.

Si yo fuera una niña ya crecida, pero aún niña
buscando a su papaíto y luego otro papaíto
y aún luego una mamaíta, no iría yo pensando
si te mandé el mensaje a las 3:47 o a las 4:73.

Si yo sumará montones de billetes con un dedo chupado
como los canallas internacionales de Wall Street
que no desean mal a nadie
no pensaría en invitarte a una cerveza maloliente.

Si fuera un joven fotosensible 
y mi objetivo pudiera posarse de un salto
en todos los lunares de todos los cuerpos
tersos como sabanas bailando en la mañana
no ensuciaría papeles con palabras

Si acudieran a mi las estrofas tan certeras
como a los desquiciados que hacen de profetas
caminando sin pararse ni para ver quien les persigue
no hubiera pedido perdón, nunca, a un idiota.

Si fuera una victima de un cuerpo resentido
y malferido, que aprende las lecciones
con cangrejos que rasgan corazones
no dudaría en llorar, al fin, tranquilo.

Si estuviera convencido de que mi pecho
tiene ritmo de sobra para quedarse vacío
y casi seguro de que el sol sangra por las tardes
mientras piensa en el camino
saltaría de la cama agradecido por el tiempo
aún, incluso, el tiempo que he perdido.

Comentarios

Entradas populares