Certeza Animal


El sol se asienta en mi espalda
y salen suspiros de las madrigueras,
como topos lentos buscando su alma,
aunque sean ciegos huelen la hierba
fresca que verdea en la mañana.

Oída la zarpa, algo se espanta
casi volando como una gacela.
Y en la niebla soy yo quien aguanta,
hundido entre cañas acecha
un reptil sinuoso, celando su trampa.

En días lluviosos alzo el vuelo
para escaparme de las nubes,
sabanas blancas del cielo,
y en los huecos que no cubren
me cuelo peregrino y cetrero.

Remonto también corrientes violentas
buscando un remanso, instinto tenaz,
brotando del río que tiño magenta
y salto intentando el destino besar
sabiendo que tras ello la muerte te seca.

Todo lo que quiero son estas certezas animales
tan tiernas, tan cruentas.
Eternas.

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